lunes, 14 de octubre de 2013

Momento Sublime

El dulce frío de las gotas del rocío, rozaba mi piel aquel amanecer en el que andaba por el pequeño camino de piedras, donde me besaste una mañana de primavera. Como un sueño lúcido recuerdo aquel día cuando nos encontramos desprevenidamente sin emitir alguna palabra. La brisa tocaba su suave melodía y las aves danzaban sin rumbo llenas de alegría.

Te recuerdo perfectamente frente a mí, esa fría mañana de primavera, sin habla, sin nada que decir a través de tu boca. Tu mirada perpetua, fija en la mía, recuerdo escuchar lo que decía. En voz baja tus ojos castaños me llamaban desde lejos y me suplicaban que me acercara.

Recuerdo tu sutil aroma a canela por la mañana que impregnaba aquel lugar en el que coincidimos casualmente ese hermoso día primaveral. Tus ojos brillaron al verme y sentí una punzada en mi estómago, una energía electrizante que atrapó todo mi cuerpo, todo mi ser. Sin encontrar alguna lógica en esa sensación, me dejé llevar por mi intuición y me acerqué a ti...

Como si el tiempo se hubiera detenido, siento tus labios en las comisuras de los míos, suaves y dulces


domingo, 13 de octubre de 2013

Pequeño amor de mi vida

Desde pequeña, había pensado en casarme con un chico. De hecho, a los nueve años conocí a un niño y me enamoré de él. Me enamoré de nuestros encuentros, de sus regalos, de las palabras que intercambiamos. Para esa edad conocí el amor como un soplo de viento, como una estrella fugaz que te ilusiona y de repente termina.

Apenas pasaron tres años cuando me enteré de la terrible noticia. Lo recuerdo bien, una mañana de enero mientras pensaba en volverlo a ver... Personalmente, ese final fue trágico para lo poco que había vivido. Fue como si me arrebataran el alma. Para la edad que tenía no pensé que mi pequeño amor se iría de mi vida...